Cerralbo: Un viaje a través de la historia y la identidad
Un homenaje a un legado centenario
En el corazón de Cerralbo, un pequeño municipio de la provincia de Salamanca, los ecos del pasado se hacen presentes a través de una exposición única que celebra 100 años de identidad local. Coincidiendo con las fiestas patronales, los vecinos han tenido la oportunidad de sumergirse en su historia, gracias a la muestra titulada «Cerralbo. 100 años de identidad» y al audiovisual «Evocaciones. Cerralbo en la memoria». Ambos proyectos, producidos por el Instituto de las Identidades de la Diputación de Salamanca, ofrecen un recorrido visual y documental sobre el esfuerzo colectivo que transformó a este pueblo en lo que es hoy.
La exposición, que se puede disfrutar en las antiguas escuelas del municipio, reúne siete paneles cargados de documentación y fotografías que revelan la vida de los antepasados de Cerralbo. «Es un homenaje a quienes lucharon para construir este lugar», comenta uno de los organizadores, mientras los visitantes recorren los paneles con atención y nostalgia.
Una historia de lucha y perseverancia
La Semana Cultural de Cerralbo, que se inicia con esta exposición, se centra en el esfuerzo de los colonos del Marqués, quienes en los años veinte del siglo pasado soñaron con un futuro mejor para su comunidad. Impulsados por el entusiasmo del cura local, estos pioneros formaron un sindicato agrario con el objetivo de comprar las tierras que habían trabajado como arrendatarios durante años.
El Sindicato Agrícola Católico de Cerralbo nació el 1 de mayo de 1919, con un ambicioso plan: adquirir las tierras al Marqués por un total de cinco millones de reales, o lo que es lo mismo, un millón doscientas cincuenta mil pesetas. «No fue un camino fácil. Tuvimos que pedir préstamos a familiares, conocidos y prestamistas hasta reunir doscientas cincuenta mil pesetas», explica uno de los descendientes de esos colonos, quien recuerda las largas reuniones y las esperanzas compartidas.
Las contribuciones de entidades financieras también fueron fundamentales. La Caja de Ahorros Popular de la Federación Agrícola Mirobrigense aportó doscientas cincuenta mil pesetas, mientras que el Banco Hipotecario de España sumó setecientas cincuenta mil pesetas, a pagar en un plazo de cincuenta años. «Incluso aquellos que emigraron a América enviaron dinero para ayudar en la compra», añade con orgullo.
Reparto y legado
Con el esfuerzo colectivo de 117 socios, se logró la adquisición de tierras, casas, corrales y dependencias, que se repartieron según la capacidad de compra de cada uno. En 1943, se realizó el reparto de las cuarenta y tres yugadas que conformaron el pueblo, entre ciento cuarenta y cuatro socios, además de los treinta y seis que solo adquirieron casa y huerto. «Era importante que todos tuviéramos acceso a tierras de monte, pastos y labor. Esto garantizaba la supervivencia de nuestras familias», explica un historiador local durante una de las conferencias programadas en la Semana Cultural.
Con el paso del tiempo, las generaciones han heredado no solo la tierra, sino también la memoria de aquellos que lucharon por ella. «Han pasado tres o cuatro generaciones desde entonces, y es un legado que debemos recordar y celebrar», dice un anciano del pueblo, mientras observa a los más jóvenes participar en las actividades culturales.
Una semana llena de actividades
La exposición y el audiovisual no son los únicos eventos que marcan esta Semana Cultural. El programa incluye conferencias, presentaciones de libros, juegos, proyecciones de cine y concursos de fotografía, creando un ambiente festivo y reflexivo al mismo tiempo. «Queremos que todos, jóvenes y mayores, se involucren y aprendan sobre nuestra historia», comenta la concejala de cultura, quien destaca la importancia de mantener viva la identidad del pueblo.
Además, la proyección del audiovisual «Evocaciones. Cerralbo en la memoria» se repetirá el próximo viernes, brindando una segunda oportunidad a aquellos que deseen revivir los recuerdos compartidos por sus mayores, un homenaje a quienes sentaron las bases del Cerralbo actual.
Un futuro que honra el pasado
Mientras los habitantes de Cerralbo se preparan para disfrutar de su Semana Cultural, el aire está impregnado de solidaridad, alegría y un profundo sentido de comunidad. La historia de sus antepasados se convierte en un puente hacia el futuro, donde los jóvenes aprenderán a valorar y preservar su rica herencia cultural.
«Es vital que las nuevas generaciones conozcan su historia», concluye un vecino, mientras observa el bullicio de la celebración. Estos días de festividades no solo son un momento de disfrute, sino también una oportunidad para recordar y honrar a aquellos que, con esfuerzo y dedicación, construyeron un legado que perdura en el tiempo.
Así, Cerralbo celebra su identidad y su historia, recordando que cada rincón del pueblo tiene una historia que contar y que el futuro se construye sobre las bases del pasado. En esta pequeña localidad, el espíritu de comunidad sigue vivo, y su historia, celebrada y reconocida, se convierte en la mejor herencia para las futuras generaciones.
Fuente de la imagen: Isabel Rodríguez.